[ justificación del proyecto ]
La práctica de la ComIn reconoce que la concreción de las acciones de los procesos de inclusión no ha de ser exactamente igual para todas las personas con NCC, ya que, en ocasiones, lo que resulta inclusivo para una persona, no necesariamente lo será para otra (Mander, 2013). Identificar las habilidades individuales que caracterizan la comunicación de una persona potenciará una comunicación inclusiva eficaz para esa persona, en un imprescindible ejercicio de adecuación individualizada a las necesidades y potencialidades de cada persona en cada momento. Complementariamente, la práctica de la ComIn no se centra exclusivamente en identificar necesidades y dotar de recursos a las personas con NCC, sino que también implica analizar los conocimientos, habilidades y actitudes que los interlocutores muestran hacia la ComIn. Los interlocutores han de ser capaces de utilizar estrategias y recursos de forma eficaz, para permitir la aplicación de la ComIn al mayor número de personas posible, en el mayor número de contextos posibles.
El primer paso para alcanzar la ComIn es describir la competencia comunicativa de las personas con TDIp y NCC. Dicha competencia comunicativa o perfil comunicativo es muy difícil de evaluar con precisión, por lo que la identificación de las conductas comunicativas pre-lingüísticas que presentan las personas es el punto de partida para la intervención eficaz (RCSLT, 2006). Este perfil comunicativo de las personas con TDIp-NCC identifica los puntos fuertes y los puntos débiles tanto en las formas comunicativas como en las funciones comunicativas de los usuarios (Cascella y McNamara, 2005).